martes, 16 de diciembre de 2014

18 de diciembre día del migrante

  No es el día del turista precisamente, por mucho que salgamos del propio país para adentrarnos en otro. No es cosa de conocer más mundo, deleitarse con los monumentos y paisajes, día del disfrute y la relajación en definitiva. Hablamos del día de quienes no tienen más remedio que salir pitando de su tierra, de su casa; separarse en la mayoría de los casos de sus familiares, coger rumbo a lo desconocido, a una posible tierra prometida que casi nunca mana leche y miel y casi siempre mala leche y hiel.

  Salir por escapar de la guerra, del hambre, de la persecución política, de cualquier cosa que no les deje vivir donde nacieron, donde les esperaron con expectación, ilusión y afecto, o donde fueron a “caer”, como fruto de una violación o una llegada no querida. Es el nuevo parto para escapar del vientre de su tierra y nacer en suelo ajeno, extraño, habitualmente no receptivo.
 Este día es la ocasión para sentir la vergüenza de nuestros rechazos, devueltos en caliente o recibidos en frío, sin facilitar la integración, tan sólo aprovechando su capacidad de producir, muchas veces sin contrato, sin salario adecuado, sin horarios definidos, sin vivienda. Día para pedir perdón y para reclamar comprensión, solidaridad, sobre todo justicia.
 Es un asunto que concierne a todos gobiernos y ciudadanos, políticos, maestros, sanitarios, trabajadores sociales, patronos, fuerzas de orden público, vecinos del barrio…Asunto de todos.

Juan Luís Chillón

domingo, 14 de diciembre de 2014

¡Qué viene que viene…!

  Estamos a dos palmos de distancia de las fiestas navideñas, a empujones por los centros comerciales cabalgamos en tropel para encontrar algo que comprar, ya sea lo previsto o lo simplemente ofertado, o, lo que nos ha entrado por el ojo. Es tiempo de comprar, de consumir, de demostrar que estamos mejor de lo que estamos, para gloria de los que así lo quieren creer.

Sin embargo falta gente, no están todos en el revuelo del consumo compulsivo de las fechas que así lo reclaman. Bastantes, qué digo, muchos, muchísimos no están en ese acontecimiento de las compras; miles y miles, más de cuatro millones de españoles que no tienen empleo, los casi dos millones de familias sin ningún ingreso, todos los que terminaron con las prestaciones por desempleo; estos faltan a la fiesta y no se arremolinan en ningún sitio, a no ser que hablemos de bancos de alimentos, de asambleas locales de Cruz Roja o de las Cáritas parroquiales.

 Aquí está pasando algo y parece que no terminamos de enterarnos. La realidad no nos permite estar tan festivos, ni eufóricos; sí nos permite y reclama estar más solidarios.

  

Juan Luís Chillón

jueves, 4 de diciembre de 2014

Hoy Celebramos el Día Internacional del Voluntariado en Cruz Roja

  Los hay a miles, qué digo, a millones y por todo el mundo. Voluntarios de ONG, de empresas productivas, de amigos de..., de universidades, interminable la lista. Voluntarios que no cobran un euro por hacer lo que hacen, mucho o poco, poco y mucho, según motivación, disponibilidad, capacitación y demás circunstancias personales o de la entidad que suscriben.

  En cualquier caso suponen una voluntad de ayudar, de servir, en la mayoría de los casos a los que más lo necesitan, en cualquier terreno de los que abarca la necesidad que son muchos, muchísimos (al contrario que la sobreabundancia que es de pocos, poquísimos, al menos en el terreno de los recursos materiales). Necesidades de auxilio para la salud, la alimentación, la vivienda, el vestido, la disponibilidad de suministros (energía, agua, etc.), de trabajo, de reconocimiento, de ser aceptados sin discriminación. Importante es semejante disponibilidad de tiempo y saber, cada uno el suyo, para favorecer a otros. Sin más.

  El voluntariado, se conforma como otra manera de entender la vida, el tiempo libre del que se dispone, las prioridades que te mueven; como un modelo contrapuesto al del beneficio propio, al enriquecimiento, al comportamiento amoral (inmoral) de los que medran aunque dañen a la sociedad y para los que no hay más necesidades que las propias, nunca cubiertas del todo en la ambición interminable, nunca satisfechas.

 Celebrar el día del voluntariado es celebrar la solidaridad, la cercanía, el sentido de comunidad, el valor de la relación interpersonal, la construcción de un mundo con menos distancias entre unos y otros, con menos desigualdades, más humano.